Arturo Fernández pidió al Gobierno recortes sociales, que subiera el transporte público que era demasiado barato, y que endureciera la reforma laboral. Al vicepresidente de los empresarios siempre le acompañado la polémica.
Muchos hoy se acuerdan de su famosa frase "se acabó el café para todos". Arturo Fernández no tiene pelos en la lengua y esto le ha llevado a tener muchos frentes abiertos. El primero, los sindicatos a los que ha atacado y calificado de "anticuados" dijo que "estaban en el siglo pasado" y pidió incluso que dejaran de recibir subvenciones.
La polémica le ha perseguido hasta en las redes sociales, consiguió ser trendic topic en Twitter por pedir al Gobierno que legislara de inmediato la reforma laboral, ya que según él, de no hacerse llegaríamos a tener 5 millones de parados; pero se quedó corto, porque con la reforma laboral de momento ya estamos casi en los 6.
Para acabar con la crisis pidió al Gobierno que recortara en gastos sociales, e incluso, que se subiera el transporte público porque según él era "muy barato".
Su gran frase, esa que aún permanece en la memoria colectiva fue aquella de "se ha acabado el café gratis para todos" y no andaba desencaminado porque parece ser que incluso también se ha acabado para él.
Donde no tiene ningún frente abierto es en el Partido Popular y es que el vicepresidente de la patronal es amigo de la infancia de Esperanza Aguirre y dicen que uno de los empresarios favoritos del partido; no en vano ha conseguido jugosos contratos para explotar las cafeterías de edificios públicos.
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