El actor Jordi Sánchez ha hablado por primera vez en Más Vale Tarde sobre su despertar del coma inducido en el que pasó 24 días por una neumonía provocada por el COVID-19.

Nada más abrir los ojos, afirma, se sintió "confundido": "Lo del coma inducido es un horror, te levantas super confundido, no sabes si tus delirios son reales... es un espanto", confiesa el actor, que asegura que tenía tal confusión que creía que se había muerto su hijo.

"Pensé muchas cosas y todas malas", ha aseverado el actor, que ha asegurado que esa confusión y tristeza que le invadió en los primeros momentos tiene nombre en medicina y se llama "delirio de UCI": "No podía ni andar. Todo el mundo estaba muy feliz porque había despertado, pero yo no entendía nada. Ellos estaban esperando a que me sacaran del coma y yo estaba desesperado porque estaba hecho un desastre", ha recordado.

Después, afirma, ha ido todo muy rápido. "Me puse a escribir en dos días y a los cuatro ya andaba. Me he tirado un mes comiendo por una sonda y tenía unas ganas de comerme un arroz... estoy feliz de estar en casa, de andar por la montaña y de estar con mi familia en mi sofá", ha asegurado Sánchez.

Aún así, continúa sufriendo algunos de los efectos que le ha dejado la enfermedad. "Estoy flojo de piernas aunque ando cinco o seis kilómetros cada día", ha explicado. Una afección por la que tendrá que pasar por el fisioterapeuta: "Tengo que ir al fisio a coger masa muscular porque ya estaba delgado por la serie que estaba grabando y he perdido ocho kilos más".

No obstante, ninguna de las secuelas es de caracter grave, y espera estar al 100% en un par de meses: "Cada día es mejor que el anterior, me voy a andar, a comprar, a todo... he tenido mucha suerte", ha relatado.