A lo largo de su carrera, Nacho Vidal tuvo que hacer uso de sustancias para mantener en el tiempo una erección. En su charla con Jordi Évole, el que fuera estrella de la industria explica que ha habido una "evolución" en este ámbito.

"Cuando yo empecé, no existía la viagra, ni las pastillas, ni los pinchazos", detalla. Con 22 años, comenzó a inyectarse testosterona a sí mismo, permitiéndole estar "cachondo todo el día". Con el paso del tiempo, su cuerpo comenzó a dejar de generarla, momento en el que aparecieron "las pastillas mágicas".

"Todas nos las damos de machitos dentro del personaje, es normal. Soy el Mago Pop, no te voy a decir cómo hago 'pop', pero ya no hago magia. Aparecieron las pastillitas y tenías que mantener la erección. Cuando me decían 'acción', no podía decir 'espera, que no empalmo'", recuerda.