Maruja Torres recuerda cuando fue de fiesta con una amiga a La Paloma, donde ligó con un chico "guapísimo". "Era guapísimo, monísimo, hasta que entramos en su habitación y vi todos los cuadros que tenía hecho por él", afirma la periodista, que explica que eran "pesadíllicos". "Entonces, empezó a cagarse en las mujeres y yo hice eso que hacía cuando mi padre, salirme. Me quedé muerta", detalla Maruja Torres, que explica que la puso encima de él y la penetró.

"Luego, el hijo de la gran 'salchingada' se puso a llorar porque no tenía una buena relación con las mujeres", recuerda Maruja Torres, que afirma que ella ni se movió hasta que él se durmió. "Cuando se durmió, me vestí, no sabía ni dónde estaba, salí, me orienté hacia las rondas, me fui caminando a casa y, por el camino, fui comprando flores", afirma la periodista, que destaca que al llegar a casa se duchó "como una salvaje".

"Llamé al tío con el que entonces tenía más o menos un rollo más fijo y le dije, 'ven esta misma noche, me ha pasado esto y necesito que me hagas el amor, porque quiero seguir queriendo a los hombres", explica a Jordi Évole, al que afirma que así se "apañó" porque "no había un MeToo". "En el fondo, sientes la culpa de haberte ido a La Paloma", lamenta la periodista, que defiende las reivindicaciones feministas: "Eso de que debemos volver borrachas, pero seguras. Pues eso también. Por eso yo defenderé siempre lo que se está haciendo ahora".