La energía es otro reto internacional que está cambiando las políticas de algunos países europeos. Es el caso de Francia, donde según informa 'Le Figaro', el Estado se lanza a la renacionalización de EDF. El EDF no es solo la mayor compañía eléctrica de Francia, sino de toda Europa. LaSexta Clave analiza lo que ocurre en el país vecino y explica por qué sería prácticamente imposible nacionalizar las compañías eléctricas en España.

Partimos de la base de que el Estado francés ya posee el 84% de las acciones de EDF y ahora busca hacerse con el 100%. El Gobierno cree que esta es la mejor vía que tiene Francia para anticiparse al fin del gas ruso. De paso, salvan a la compañía de la quiebra porque tiene una deuda 43.000 millones y además iba a tener que gastarse mucho dinero en renovar sus centrales nucleares.

La clave de esta nacionalización es la energía nuclear, queahora es considerada como "verde" por el Parlamento Europeo. Lo cierto es que el 70% de la energía francesa viene de la nuclear y EDF es la principal responsable de ella, poseyendo hasta 56 reactores.

El problema es que la Unión Europea prohibía invertir fondos públicos en combustibles fósiles, y hasta ayer la nuclear estaba considerada así. Ahora que es "verde" se puede abrir el grifo para renovar esos reactores obsoletos.

Así, las ventajas de que EDF sea 100% pública parecen enormes. Con la renovación de los reactores se podrá incrementar la producción para suplir al gas ruso y así poder garantizar el suministro de energía de cara al invierno. Además, el Estado podrá ofrecer toda la energía que producen sus reactores nucleares casi a precio de coste: en conclusión, más energía disponible y más barata.

Fuera de Francia, hay que señalar que cada país tiene su modelo eléctrico. Por ejemplo, está el modelo sueco, donde el mercado eléctrico es casi 100% estatal. En el caso italiano, el mercado está formado por empresas privadas pero las dos principales eléctricas tienen una importante participación del Estado. El modelo alemán es mixto, las grandes empresas son privadas, pero existen muchas pequeñas empresas energéticas que son propiedad de gobiernos locales y ayuntamientos.

¿Y en España, cuál es el modelo? En nuestro país las empresas distribuidoras, las generadoras y las comercializadoras de energía son totalmente privadas. Aquí hay tres grandes empresas que participan de todas esas fases, que controlan el mercado: Iberdrola, Naturgy y Endesa. De esta forma, el Estado solo está presente en la red de distribución, aunque con una participación solo del 20%.

Este es el principal motivo por el que los expertos consultados por laSexta Clave consideran que ahora mismo sería imposible plantear la nacionalización de las eléctricas.

Si el gobierno francés solo ha tenido que comprar el 16% de EDF, en España tendría que comprar el 100% de una de las grandes eléctricas y su precio en el mercado es inasumible.

Iberdrola cuesta 71.000 millones; Naturgy 26.000 millones de euros; y Endesa 23.000 millones de euros. A modo de contexto: los presupuestos del Estado para este 2022 han sido 240.000 millones, así que echando cuentas sería un desembolso muy difícil de asumir para las cuentas públicas españolas.