Los hoteles públicos existieron. Estos complejos se construyeron durante el franquismo para que trabajadores pasaran sus vacaciones a buen precio. Ahora, estos hoteles (que no eran hoteles) salen caros. Su historia se remonta al franquismo, cuando se les llamaba 'residencias de educación y descanso'.
El franquismo funda estas 'residencias' copiando al nazismo alemán y al fascismo italiano, donde ya contaban con este tipo de instalaciones. Se buscaba que el trabajador se sintiera cuidado, ofreciendo unas vacaciones baratas con las que evitar quejas de los trabajadores y, de paso, aleccionarlos.
Porque en estos lugares había charlas para formar el espíritu nacional, que se celebraban siempre en una iglesia o capilla para el espíritu religioso. Los hoteles, como contaba el propio NO-DO, contaban con amplias instalaciones para acoger a todos sus huéspedes.
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Estuvieron vigentes durante todo el franquismo. Al principio era muy demandado por sus precios, pero cuando aumentaron las ofertas de las vacaciones y subieron los salarios se fue demandando menos. Con el fin del franquismo, pasaron a gestionarlo las autonomías, mientras que otras los mantuvieron a precios bajos. En el caso de Andalucía, venderá los seis con los que cuenta en la actualidad.
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