El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha protagonizado un intenso enfrentamiento en el Parlamento Europeo con Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE). Todo comenzó con risas y burlas de algunos parlamentarios al escuchar los ladridos del perro guía de un europarlamentario, pero la situación se tornó seria cuando Weber amenazó con una comisión de investigación europea si se aprueba la ley de amnistía en España.
Sánchez, visiblemente molesto, respondió acusando a Weber de ser cómplice del avance de la ultraderecha en España y Europa. En un discurso enérgico, el presidente español cuestionó la postura del líder del PPE, recordándole la alianza de su partido con Vox y señalando las políticas regresivas que implementan en las comunidades autónomas y municipios donde gobiernan juntos.
La tensión alcanzó su punto álgido cuando Sánchez preguntó a Weber si en Alemania querría que se bautizaran calles con nombres de líderes del Tercer Reich. El líder del PPE intentó responder, pero no se le concedió la palabra. La confrontación evidenció las profundas divisiones políticas y el choque de visiones sobre el futuro de Europa.
Manfred Weber, conocido por apadrinar pactos con partidos de ultraderecha "pro europeos, pro Ucrania, pro Israel y pro Estado de Derecho", se enfrenta a críticas de Pedro Sánchez, quien lo acusa de ser cómplice de la amenaza ultraderechista en España. La confrontación revela las tensiones en la política europea y las posibles aspiraciones de Weber a la presidencia de la Comisión Europea en 2024.
Sánchez dedicó buena parte de su intervención a señalar el interés de Weber en defender a la extrema derecha, sugiriendo que su posición podría estar vinculada a sus aspiraciones presidenciales en 2024. Mientras Weber intentaba responder, la confrontación dejó entrever las profundas diferencias ideológicas y los desafíos que enfrenta la Unión Europea en medio de la creciente influencia de la ultraderecha.
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