Hace 100 años

Cuando ciencia y religión chocaron en un tribunal: la historia del 'Juicio al Mono' que cambió la educación en EEUU

El contexto En 1925, la polémica ley de Tennessee prohibió enseñar cualquier teoría que contradijera la Biblia, y un maestro fue llevado a juicio por desafiar esa norma. Ahora, un siglo después, ese debate sigue vigente en muchos estados del país.

Cuando ciencia y religión chocaron en un tribunal: la historia del 'Juicio al Mono' que cambió la educación en EEUU

Hace justo un siglo, en un pequeño pueblo llamado Dayton, Tennessee, Estados Unidos, vivió uno de los juicios más curiosos y emblemáticos de su historia: el 'Juicio al Mono'. Sí, así le llamaron porque el protagonista fue un profesor acusado de enseñar la teoría de la evolución de Darwin, que en aquel momento era casi un tabú en muchas partes del país.

La historia es así: en 1925, Tennessee aprobó una ley que prohibía enseñar en las escuelas públicas cualquier cosa que contradijera la historia bíblica de la creación. Y ahí entró John Scopes, un maestro de instituto que se atrevió a leer un párrafo de Darwin en clase. Resultado: lo llevaron a juicio.

El proceso fue el primero que se transmitió por radio en EEUU, y tuvo a dos abogados de renombre enfrentándose en una batalla verbal que duró ocho días. Al final, Scopes fue declarado culpable y multado con 100 euros, aunque esa condena se anuló después por un error técnico. Pero, aunque parecía que había ganado la religión, la realidad fue otra.

Esa condena hizo que mucha más gente se interesara por la teoría de la evolución y, con el tiempo, ayudó a que se eliminaran las leyes que prohibían enseñarla. Así que, a medio y largo plazo, la ciencia terminó ganando esa batalla.

Ahora, 100 años después, esa lucha sigue viva. Por ejemplo, en Texas, los alumnos tienen que aprender de memoria las primeras líneas del Libro del Génesis, y saben de memoria cómo, según la Biblia, Dios creó el mundo y el universo. Y mientras, los políticos conservadores presionan para que haya más cristianismo en las escuelas públicas.

Algunos dicen que el juicio fue un montaje, una forma de poner sobre la mesa un problema que la sociedad necesitaba resolver. Scopes, de hecho, no era ni siquiera profesor de biología, pero eso poco importó porque la verdadera pelea fue entre los abogados y el debate público que se generó. Fue un choque real, aunque con un protagonista más simbólico que real.

Así que, aunque pasó un siglo, la batalla entre la ciencia y la religión en Estados Unidos sigue tan candente como entonces. Y el 'Juicio al Mono' sigue siendo un recuerdo que nos muestra que, a veces, la historia no termina, solo cambia de forma.