Del mito al miedo
El 'contubernio judeo-masónico': la conspiración que Francisco Franco decía que amenazaba España
Los detalles Según el dictador, masones y judíos estaban unidos en un complot para destruir la patria, acabar con la religión y favorecer a comunistas y separatistas. Una conspiración imaginaria que sirvió para perseguir, torturar y matar a miles de españoles.

Hasta sus últimos días, Francisco Franco estaba obsesionado con un enemigo que no existía: el llamado 'contubernio judeo-masónico'. En su último discurso, en octubre de 1975, volvió a mencionarlo, como si toda la decadencia de España dependiera de esa conspiración secreta.
Según él, masones y judíos estaban unidos en un plan para destruir España. Les culpaba de todo: de los comunistas, de los separatistas, de cualquier problema político o social, incluso de amenazar la religión. La realidad era muy distinta: en España apenas había unos 6.000 masones y unos 5.000 judíos, y estos grupos no tenían prácticamente relación entre sí. Pero eso no frenó a Franco: les señalaba como responsables de todos los males del país y los convirtió en un chivo expiatorio perfecto.
La persecución fue real y brutal. Miles de personas fueronencarceladas, torturadas y asesinadas acusadas de formar parte de este 'contubernio'. Se calcula que alrededor de 5.000 murieron directamente por esta obsesión. En algunos casos, Franco llegó a condenar a masones que ya habían sido ejecutados por otros motivos.
El régimen se encargó de alimentar el mito con propaganda constante. Carteles y publicaciones repetían que "marxistas, masones, separatistas y judíos quieren aniquilar España" y los llamaban "asesinos de España". InclusoFranco se inventó un seudónimo, JakimBoor, bajo el cual escribió 49 artículos para el diario 'Arriba', luego recopilados en el libro 'Masonería'. En ellos denunciaba a los masones como traidores a la patria y advertía que eran capaces de vender a sus propios hermanos por ambición. A los judíos los presentaba como parte de un plan internacional para subvertir el orden y la religión.
Todo esto tuvo respaldo legal. En marzo de 1940 se aprobó la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, que permitió encarcelar a decenas de miles de españoles bajo la acusación de pertenecer a esta conspiración. La persecución fue especialmente dura durante las décadas siguientes, alimentando un clima de miedo constante y convirtiendo la lucha contra el 'contubernio' en uno de los pilares del franquismo.
La idea de un complot masónico tiene raíces antiguas: desde el siglo XVIII, los masones se vinculaban con la Revolución Francesa y se consideraban una amenaza para la monarquía y la Iglesia. Franco tomó esa narrativa y la llevó al extremo, convirtiéndola en una obsesión personal. Para él, el mito justificaba represión, censura y asesinatos.
En pocas palabras, el 'contubernio judeo-masónico' nunca existió. Era un invento que Franco convirtió en su obsesión, un mito usado para sembrar miedo y justificar la persecución de miles de españoles. Una mentira que se convirtió en una de las columnas vertebrales del franquismo y dejó una huella sangrienta en la historia de España.
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