Un director de marketing descubrió hace dos años que los estafadores del amor le estaban suplantando su identidad. Ha llegado a contabilizar hasta "225 pantallazos" de perfiles falsos. Sin embargo, el hombre denuncia que "jamás ninguno ha sido cerrado por ninguna red social". "Siempre recibo el mismo mensaje: 'No hemos tenido tiempo de revisar su solicitud, pero no vemos que el perfil que estás reportando viole las normas comunitarias'", lamenta.

Así, nos ponemos en contacto con estas redes sociales, pero o no responden o no aceptan nuestra invitación a participar en el reportaje. "No hemos podido encontrar disponibilidad de agenda de portavoz para participar en el programa", es la respuesta que recibimos de Instagram al pedirles que hablen sobre las estafas románticas.