Están por todas partes, en Barcelona el número de turistas se ha triplicado en los últimos veinte años. Atravesamos una de las diez ciudades más visitadas del mundo. 14 millones de personas al año, casi 40.000 al día. El rastro de sus maletas nos llevan al barrio de La Barceloneta.  

Encontramos ventanas tapiadas. Y carteles de 'No' a los pisos turísticos. Nos sorprende encontrar una guerra abierta contra el visitante. ¿Pero a qué se debe? "Los turistas beben y vienen borrachos. Te despiertan, les dices algo, que se callen y encima se ponen pues como enfrentándose", explica una vecina.

Es lo que ve cada día desde su ventana. "Este turismo de 'low cost' no deja dinero, deja el barrio en un estado deprimente. Se gastan mucho más dinero que dejan ellos porque hay que limpiarla, se hacen sus necesidades en la calle". 

Podemos ver a una chica meando en la calle, es la imagen que graban los propios vecinos. Por estas imágenes creen que los nueve millones de euros que los turistas dejan cada día en Barcelona, no compensan a nadie. 

La tentación está  ahora en unirse al negocio turístico. "Me decía mucha gente, hombre, no lo vendas, quédatelo, lo alquilas ahora para turismo y ¿tú sabes lo que vas a ganar ahí? Sí pero ¿y mi manera de pensar y coherencias?".