En abril de 2016 una joven de 21 años conoció en Torrecampo, cerca de Pozoblanco, a Alfonso, un militar de 27 años a quien acompañan José Ángel Prenda, Jesús Escudero y Antonio Manuel Guerrero.
"Uno de sus amigos era un Guardia Civil al que yo conocía de verlo alguna vez por el pueblo. Alfonso se acercó a mí, era muy simpático y parecía algo colgado. Hablamos y hubo tonteo", contó la joven.
De madrugada, Alfonso se ofreció a llevar a la joven a casa, ella accedió, pero no recordó nada del trayecto: "Tengo una laguna en la que no recuerdo absolutamente nada. Abrí los ojos en Pozoblanco, estaba en el asiento de atrás del coche, completamente desnuda, con las medias rotas y quitadas. Alfonso iba conduciendo".
En ese momento, la joven reaccionó: "Empecé a colocarme el vestido y las medias rápidamente y me pasé desde atrás al asiento del copiloto. Recuerdo que Alfonso me dijo: 'Chúpamela, al menos'. Yo me negué y entonces él me pegó en la cara y en el brazo. Me echó del coche gritándome 'puta'. Su actitud era muy agresiva".
Cuando salió del vehículo, la joven estaba mejor: "Me extrañó que al salir del coche me noté muy despejada, como si no hubiera bebido en toda la noche".
Después aturdida, llamó a varios amigos. Quería saber qué pasó cuando estaba inconsciente, pero nadie sabía nada. "Llegué a casa y me vi un gran moratón en la cara interna del muslo derecho. Me hice una foto", relató.
La joven insistió y mandó una imagen del hematoma a sus amigos: "Me va a dar algo, ayer me forzó un tío. Me rajó el vestido. Piensan que me lo estoy inventando, que estaré loca".
El banco estaba cerrado
El misterioso comportamiento de Antonio y Ana María horas antes de su desaparición: se reunieron a escondidas con el subdirector del banco donde tenían sus ahorros
Rogelio, el subdirector del banco en el que tenían todos sus ahorros, les atiende cuando la sucursal ya está cerrada. Están reunidos 21 minutos antes de que el matrimonio desaparezca. Estas imágenes evidencian que Rogelio es la última persona que los ve con vida.