Más de 18 años después del día de San Isidro de 2001 en el que ETA intentó asesinar a Gorka Landaburu, el periodista ha querido reivindicar el valor de seguir vivo.

"Tengo la suerte de estar vivo, esa bomba nos tenía que haber matado a mí y a mi hija que abría el correo normalmente y ese día no lo abrió", ha explicado el periodista, que recibió un paquete con 150 gramos de dinamita que explotó al abrirlo, causándole heridas graves​ en el rostro y la amputación de varias falanges.

"Yo que estoy vivo pienso en todos los que no han tenido esa suerte, los que han muerto", ha apostillado Landaburu. "No vamos a olvidar, pero vamos a seguir para adelante, porque la convivencia tiene que seguir para adelante, con el retrovisor puesto para no olvidar. ETA tiene que hacer su autocrítica y la izquierda abertzale también".

El periodista ha querido poner en valor que hoy en día "en Euskadi se vive por fin en paz", porque, "como decía Rubalcaba": "Ha ganado la democracia y ha perdido ETA".