"Es un error imperdonable porque trabajar sin alargador en la grúa es como trabajar sin calculadora en mi departamento", explica ante la cámara Ismael Calahorro, director financiero de Grúas Barragán. Pero, cuando está en compañía de sus empleados, Ismael se convierte en Beltrán, un aprendiz al que tienen que acompañar en su formación.

Él es el jefe infiltrado y está presenciando algo que no le gusta nada; Danilo ha olvidado en la base su alargador y un trabajo que podría haber finiquitado en 2 minutos le está llevando ya casi 40. "No tengo la sensación de que el cliente de hoy se haya ido del todo satisfecho", asegura con cierto fastidio.

"Podríamos haberle ahorrado mucho tiempo", lamenta Ismael/Beltrán, que, además, acaba de presenciar como su empleado abandonaba a su cliente durante un rato para ayudar a una joven que le pidió ayuda con su vehículo.