El impacto de la pandemia o incertidumbre general ha pasado factura a la salud mental, especialmente de los adolescentes. Andrea Ropero ha podido hablar con Sandra, una chica de 16 años que lleva más de dos en tratamiento y su madre, Rocío.

La joven asegura que empezó a notar que algo le pasaba a finales de 2020, cuando empezó a no querer salir de casa, a tener problemas con la comida y sentir ansiedad por los exámenes: "Lo estaba empezando a pasar muy mal y creo que nadie lo sabía en ese momento", afirma Sandra. Su madre, por su parte, explica que "lo asociamos a la adolescencia, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que era algo más".

Rocío cuenta que "llegó a un punto de prácticamente no ingerir alimento". "Nos decía que se quería ir de este mundo", recuerda la madre, que comenta cómo en ese punto decidió buscar una solución. Lo primero que se le ocurrió fue llevar a su hija a la pediatra, que le diagnosticó depresión y trastorno de alimentación. La derivó al especialista de salud mental urgente, pero Rocío afirma que la cita "no fue antes de dos o tres meses". Sin embargo, en 2021, Sandra se intentó suicidar. "Nadie nos ha guiado, hemos tenido que hacerlo todo nosotros y por lo privado", lamenta la madre, que en el vídeo sobre estas líneas anima a los padres con hijos en esta situación a hablar: "No se tiene que mantener como un tabú".