Santos Ruesga asegura que no es necesaria una reforma de las pensiones en este momento porque ya hay una reforma de 2011 que empezó a funcionar en 2013. “Lo razonable es dejar que actúe esta reforma que supone una reducción en el gasto público”, explica.

Detrás de todo el movimiento de las pensiones y de asustar al conjunto de los ciudadanos está el mandato de Bruselas. “Este Gobierno, cada vez que pasa de Bruselas viene con un mandato de recorte adicional. Llegamos a un límite de recortes donde ya se hace muy difícil recortar por otro lado”, comenta.

En el comité de expertos del que forma parte, solo hay tres personas que defienden el sistema público de pensiones. El catedrático asegura que “el grupo de expertos es una fachada que se cubre un grupo político para darle un barniz científico”. Es como una estrategia para legitimar la reforma, aclara Gonzo.

Con esta reforma, se perjudica a la mayoría de la población española y ocurriría que con pensiones más bajas la parte de la sociedad que pudiera, ahorraría y lo pondría en fondos de pensiones. Esto,  “abriría más la brecha de la sociedad”. Podrán ahorrar determinados sectores de la sociedad y abrirán la brecha entre los pensionistas. “Volveríamos a una prehistoria del modelo económico en el que vivimos”.