Andrea Ropero entrevista a Miguel Ángel Sánchez, una de las víctimas del envenenamiento del aceite de colza. Él es una de las siete personas que se han encerrado en el Museo del Prado. "En estos 40 años de lucha siempre hemos sido pacíficos pidiendo nuestros derechos como víctimas enfermas", explica Sánchez, que recuerda cómo varios de sus compañeros han sido detenidos tras encerrarse en el Museo.

Miguel Ángel Sánchez denuncia el silencio de las instituciones y administraciones: "Esperábamos que este 40 aniversario se hiciera un acto de dignidad a nuestros fallecidos como se hace a otras víctimas, pero parece ser que nuestro dolor no es suficiente, que no merecemos ni un acto de dignidad". Además, exigen una reunión con el presidente del Gobierno para "hablar de las necesidades" de esta enfermedad y que se investigue: "Para que podamos envejecer con menos dolor, más dignamente". "Nosotros también tenemos derecho a que no se nos deje atrás", critica el joven, que recuerda que aunque algunos políticos les han dicho buenas palabras a lo largo de estos años nunca han visto hechos: "Nos sentimos ninguneados, se comprometen a cosas que no cumplen. Es muy doloroso para una víctima el abandono del Estado y la Casa Real".

"¿Por qué los Reyes nunca han estado en un acto nuestro, yo era un niño y me robaron la vida", lamente Sánchez, que recuerda cómo además de envenenarse él el envenenamiento se llevó la vida de su madre en pocos meses. "Malditas las indemnizaciones, desde entonces nos han abandonado", critica Miguel Ángel Sánchez que manda un mensaje al presidente del Gobierno aunque asegura que no tiene ninguna esperanza con los político. Puedes ver la entrevista completa en el vídeo principal de esta noticia.

"Me pongo malo y los médicos no saben lo que es"

"Es el mayor envenenamiento alimentario de toda Europa y no aparecemos en los libros", critica Miguel Ángel Sánchez, que exige más investigación sobre el aceite de colza: "Padecemos una enfermedad única en el mundo".