El 26 de mayo de 2003, 62 militares morían en el accidente del Yak 42, la mayor catástrofe aérea del ejército español en tiempos de paz. Una de las víctimas era Francisco José Cardona, mecánico de vuelo y el hijo de Amparo y Paco. La pareja recuerda la tragedia en Dónde estabas entonces.

Amparo explica a Ana Pastor cómo recibieron la noticia. Estaban en Zaragoza donde esperaban la llegada de su hijo. "Vimos en la televisión un avión procedente de Afganistán que se había estrellado", recuerda emocionada. "Llegó el coronel de la base y nos confirmó que nuestro hijo había fallecido", cuenta.

Paco señala que hubo un mensaje de su hijo que le "impresionó" antes del accidente. El domingo, yendo de Valencia a Zaragoza, su hijo por teléfono le dijo a su mujer: 'Mamá ya no hablamos más, ya nos vemos'. "Y efectivamente no hablamos más", comenta. Francisco sabía que el avión no estaba para volar. "Era un desastre, todos los compañeros lo dijeron", señala Amparo.

En el funeral, el enfado de los familiares era evidente. No sólo por el estado en el que había volado la aeronave, sino porque les habían mentido. Allí mismo vieron que unos féretros estaban identificados con chapitas grabadas mientras otros tenían cartones con los nombres. Y es que los restos de 30 fallecidos fueron entregados a las familias sin completar su identificación. "Esos 30 en el mismo avión les pusieron el nombre aleatoriamente como si estuvieran jugando a las cartas", cuenta Amparo.

Al día siguiente fue el entierro. Amparo y Paco tenían el féretro 17 pero resultó que su hijo era el 14. El cuerpo de su hijo fue entregado a otra familia que creyendo que era su familiar lo incineró. Sus padres recuerdan visiblemente afectados que antes de irse a las misiones su hijo siempre les decía: "A mí incinerarme no, como esté, me enterráis, pero yo víctima de las llamas no quiero ser".

Cuatro meses después de grabar la entrevista, Amparo y Paco pudieron enterrar los últimos restos de su hijo que quedaban en Turquía.