En muchas ocasiones, atribuimos a problemas de comportamiento algunas actitudes molestas como los maullidos nocturnos o las deposiciones en lugares inadecuados. Pero, siempre se debe descartar la causa física antes de atribuirla a problemas etológicos.

Andrea acudió a la consulta de la experta en medicina felina Ana Anglada con su gata Luna tras observar que ésta orinaba fuera de su arenero.

Tras las convenientes pruebas diagnósticas, se le detectó un quiste en el riñón que le estaba provocando infecciones de orina y las glándulas adrenales aumentadas. Gracias al tratamiento y las revisiones periódicas, se sabe que el quiste de Luna no ha crecido y que no tiene cálculos ni obstrucciones, además de no provocarle dolor.