De los primeros besos a los complejos e inseguridades. La adolescencia es una montaña rusa de emociones incluso para aquellos a los que hoy vemos tan seguros de sí mismos, tan exitosos y tan en la cumbre como Alaska. Ella, todo un icono de la cultura pop y la Movida de nuestro país, también sufrió las vicisitudes de la edad.
De ello se acuerda con su amiga Lorraine en El camino a casa. Llevaban 30 años sin verse y hace algunas décadas más eran amigas íntimas, de los 10 a los 12 años. Entonces, Alaska era solo Olvido y vivía sus primeras experiencias vitales. "Me acuerdo que me contaste el primer beso que te dio alguien", confiesa Lorraine. Albert Espinosa quiere saber más sobre este asunto, pero no se desvela la identidad de aquella persona.
En aquellos momentos, a Olvido ya le gustaban (y mucho) los chicos. Lorraine tardaría un par de años en entender a su amiga cuando decía que si se acaba el mundo, besaría al primer chico que tuviera al lado.
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"A mí me daba envidia que tú tenías pecho y yo no tenía nada", confiesa Lorraine para sorpresa de Alaska. "Yo me veía como un monstruo a tu lado, quería ser como tú", responde la artista. Albert Espinosa achaca aquellos pensamientos a cosas de la edad. "Cómo es la adolescencia...".