Se montó en las tazas giratorias, se puso unas orejas de Minnie Mouse, paseó con su silla de ruedas por el castillo, disfrutó de las atracciones e incluso tuvo la oportunidad de saludar al Sombrerero Loco. Este anciano de 100 años se lo pasó como un niño pequeño en el que, reconoce, ha sido uno de los días más felices de su vida.

El hombre, que visitaba por primera vez Disneyland, no pudo evitar emocionarse y agradeció sinceramente el gesto del 'tiktoker', un desconocido para él, que le invitó a cumplir uno de sus grandes sueños. "No sabes cuánto aprecio esto, no te lo imaginas", le decía emocionado a su compañero de aventuras.

Sin embargo, María Moya no lo ve todo de color de rosa y sospecha que hay una intención oculta en el joven. "¿No lo habrá utilizado para ir con la silla de ruedas y acceder a todas las atracciones?", pregunta, generando el desconcierto en el plató.