142.000 euros. Es la cantidad que, obligado por la justicia, tuvo que devolver Fernando Martín Vicente, presidente de la Federación de Deportes para Discapacitados Intelectuales (FEDDI) durante el fraude de los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000, a sus jugadores. Ellos no supieron que les habían concedido una beca deportiva hasta que estalló el escándalo.

Este es el caso de Juan Pareja, que relata en 'Anatomía de...' los engaños y desprecios que sufrió por parte de la Federación. "Me sentí engañado por la federación, por no decirme nada. Ninguna explicación y ningún perdón. Me sentí engañado y utilizado", afirma incluso antes de revelar este asunto.

"Técnicamente, la FEDI, mejor dicho Fernando Martín, porque era el único que tenía firma, retuvo este dinero para pagarlo después de los juegos de Sídney, con lo cual, siempre había estado a disposición", explica Miguel Sagarra, Secretario General del Comité Paralímpico Español, sin dar demasiada veracidad a esta versión.

"He leído, no hace mucho, que entre los 10 fraudes más grandes que se han producido en el mundo del deporte, se encuentra este", cuenta Javier Vega, entrenador del Club Baloncesto Alcalá en el 2000, refiriéndose a la estafa de incluir en la Selección Española de Baloncesto Paralímpico a 10 jugadores sin discapacidad. "Esto es una putada", afirma con pesar.

Aunque fueron 19 los acusados de diversos delitos -falsificación de documentos, apropiación indebida, estafa y administración fraudulenta-, nadie acabó en la cárcel. Quienes sí pagaron por ello fueron los jugadores de la Selección, incluidos Ray y Pareja, los dos únicos jugadores con discapacidad, que tuvieron que devolver su medalla de oro al igual que el resto de sus compañeros.