El 31 de octubre del año 2012, una avalancha humana en el pabellón del Madrid Arena acabó con la vida de cinco chicas. Esa noche de Halloween allí se celebraba una macrofiesta en la que pinchaba el DJ Steve Aoki, una estrella de la música electrónica. A las tres de la madrugada, la hora prevista para que empezara su actuación, más de 15.000 personas entraron de golpe por la puerta de mercancías a un pabellón que ya estaba abarrotado.
Un Madrid Arena que no tenía licencia para este tipo de fiestas. El personal de seguridad, en vez de distribuirlos por plantas, agolpó a los asistentes en la pista central para que Steve Aoki se sintiera arropado durante su espectáculo. El aforo se superó con creces y no al 50%, no al 100%, al 215%. Las salidas se habían bloqueado con barras, camerinos y hasta con el escenario.
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Además, nadie controlaba las cámaras de seguridad y el personal de seguridad había recibido órdenes de no dejar salir de allí a nadie por las puertas que estaban bloqueadas. El agobio era absoluto, tanto que a las 3:35 horas de la madrugada se produjo una avalancha humana en uno de los vomitorios del pabellón que terminó con la vida de las cinco chicas.
Un mal susto
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"La SGAE decía que no le había quitado dinero", recuerda Ramoncín, quien tenía miedo porque pensaba: "¿Y si me condenan? ¿Y si el Tribunal no entiende o yo me expreso mal o los abogados lo hacen mal?". Estaba en juego una condena de cuatro años y medio.