Tras la dimisión del papa Benedicto XVI, que no participará en el cónclave para elegir a su sucesor, se pone en marcha un mecanismo medido al milímetro. Los cardenales menores de 80 años se reúnen en la residencia de Santa Marta, pero las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina. Será en marzo, problablemente, cuando se conozca al nuevo Papa.
A partir del día 28 de febrero comenzará un periodo de 'sede vacante'. 15 días después de ese 28 de febrero, según los expertos, estaríamos ante el nuevo Papa después de la reunión del cónclave. Los expertos señalan que el sustituto será nombrado antes de Semana Santa.
Procedimiento que se abre en ese cónclave: los cerca de 100 cardenales reunidos tendrán unas papeletas rectangulares con una frase 'Eligo in Summun Pontificem'. Debaje hay un espacio en blanco donde deberán poner el nombre de su candidato. Estas papeletas van a parar a tres urnas: una para los cardenales reunidos en el cónclave, otra para los más delicados de salud que están en la Residencia de Santa Marta, y otras para las papeletas del recuento.
Éstas últimas papeletas van a parar a una estufa de hierro de un metro de altura con dos compuertas. En la compuerta de abajo, el fuego para encender la fumata; y la compuerta de arriba para las papeletas. Si se elige un Pontífice se queman las papeletas con paja húmeda: es la conocida como 'fumata blanca'.
Tras su declaración ante el juez
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