La situación de los jóvenes que se encuentran confinados en el hotel punto COVID de Palma Bellver, en Mallorca, tras el macrobrote registrado la semana pasada por un viaje de fin de curso, es cada vez más tensa. Muchos de los estudiantes aislados han mostrado su malestar y su indignación ante lo que consideran una detención "ilegal" por parte de las autoridades baleares.

Así lo creen también los padres de algunos de ellos. Una reacción que, sin embargo, para el periodista Antonio Maestre, no está justificada, al considerar que únicamente están cumpliendo con el protocolo creado por las autoridades sanitarias para evitar en la medida de lo posible que se disparen los contagios por COVID tanto en las islas como en el resto del territorio. Así lo ha argumentado durante una intervención en Al Rojo Vivo.

En el programa ha puesto su experiencia personal como ejemplo: "Yo he hecho dos cuarentenas dando negativo, y no me he contagiado. No tenía que haber un policía en la puerta de mi casa, eso sí. El hecho de que haya policías en la puerta de los hoteles indica que a lo mejor (los jóvenes encerrados) no quieren cumplir con la obligación cívica y legal que tienen". Así se ha expresado Maestre, que ve con incredulidad que aún se mantenga este debate.

"Es ridículo, es lo que hemos venido haciendo durante un año. Si los padres tienen ahora mismo drama con sus hijos porque les ha tocado, pues lo siento, señores. Que no les hubieran autorizado el viaje. Todos los que nos vamos de viaje asumimos el riesgo de que, si hay un rebrote en la localidad a la que vamos, a lo mejor no nos dejan salir del hotel y no podemos tener unas vacaciones completas", ha argumentado Maestre.

El periodista ha apuntado además, en contraposición a lo expuesto, que ve "lágrimas de privilegio", y cree que todos esos padres "que se están quejando tanto a lo mejor están acostumbrados a vivir en un lugar de privilegio que no todos hemos tenido en esta pandemia". Así, ha concluido: "Que lloren menos y que asuman más las responsabilidades".