"Es el mejor proceso de selección en el que he estado, todavía me entristece más no haber podido continuar", estas fueron las palabras de una persona que envió su currículum a una pequeña startup española en crecimiento después de ser rechazado para el puesto con un correo personalizado.

El origen de este caso está en Carlos Fenollosa, ingeniero y fundador de la startup Optimus Price, que explicó vía Twitter que hizo una selección de candidatos para un proceso y de los 150 currículums y los 47 mails que recibió ante la oferta, solo concertó ocho entrevistas. Sin emabrgo, tuvo un gesto poco habitual con el resto: responderles uno a uno.

A pesar de que la política de empresa es mandar un correo electrónico con una plantilla prefabricada, este joven se negó a seguir el protocolo.

"Hablamos de gente con la que no has visto la cara ni por Skype. Sólo un mail. Es muy tentador dejarles sin respuesta... O apretar un botón que les mande una plantilla prefabricada...", explicó en un tuit.

Fue entonces cuando escribió un mensaje personalizado a cada una de las personas que no pasaron la preselección en el que explicaba cuáles fueron los motivos que hicieron que no continuaran en el proceso de selección, al mismo tiempo que agradecía que dedicaran su tiempo en contactar con él.

Así, Carlos Fenollosa publicó un hilo en Twitter que se ha vuelto viral y que ya acumula más de 15.000 'me gustas' a través del cual explicó la situación y plasmó ciertas frases que escribió a algunas de las personas que fueron rechazadas.

"Esta vez me convenzo. A la próxima hornada les mando una plantilla a los rechazados y aprovecho esas cuatro horas para avanzar trabajo de verdad. ¿No?", se pregunta.

La respuesta llegó cuando una de las personas rechazadas lo llamó para agradecerle el gesto y el esfuerzo de responder de forma tan personal, algo que no hace todo el mundo. Sin embargo, este candidato no fue el único que se atrevió a agradecer el detalle. Los correos se fueron sucediendo, hecho que hizo reafirmar el pensamiento de Carlos sobre que había hecho lo correcto.

Ante tal situación, Carlos Fenollosa concluye su hilo con una bonita reflexión: tendrá que recuperar esas horas perdidas de trabajo fuera de su jornada laboral, pero por lo menos ha aprendido a tratar a las personas.