En Guinea Ecuatorial, las mujeres homosexuales y bisexuales sufren una terrible tortura: "Violación y maternidad como 'terapia de curación'". Así explica la activista LGTBI Melibea Obono una insufrible situación en el país africano: "Si no hace esto, la familia trae a una persona, y esa persona la viola en casa".

En Guinea Ecuatorial, la agresión y la maternidad se consideran como un medicamento frente a la diversidad sexual: "El embarazo es como una pastilla. Si en el primero no se cura, tienes que ir a por el segundo", expone Melibea, que añade: "Cuando llega un momento en el que se sigue teniendo hijos e hijas y no se cura, echan a la calle tanto a la homosexual como a su descendencia".

Para Obono, ésta es quizá la peor de las penas que se puede sufrir si detectan tu orientación sexual, pero no la única: "Te ingresan en una curandería, te aíslan en una habitación atada de manos y pies y no te dan de comer, solo agua". Va mucho más allá. Según cuenta la activista: "Mientras te torturan, si gritas de dolor, creen que no está gritando la persona maltratada, sino la posesión que tiene".

Obono es una mujer de 37 años que vive en Guinea Ecuatorial. Allí, hace cinco años se visibilizó como mujer lesbiana. Una decisión que le salió cara: "Fue perder todo, pero todo", lamenta la activista, quien perdió hasta su propia identidad: "Soy 'la lesbiana'. No tengo ni nombre".

Sin nombre, pero con mucha resiliencia. Porque ella asegura: "Cuanta más violencia sufres, algo te dice: 'Oye, que tienes que seguir en pie'". Y Obono sigue en pie, luchando para lograr que en Guinea Ecuatorial no les consideren enfermos: "Lo primero que queremos conseguir es la consideración humana". Esto es, que sean tratados como personas.