Michael Hohl y Amber Maxwell, cuya boda estaba programada
para este jueves en Costa Rica, accedieron al vuelo 1737 y encontraron a un
hombre durmiendo la siesta acostado en los asientos que tenían asignados, 24B y
24C, explican a la televisión local KHOU.
Tras esto, se trasladaron a unos asientos más caros que los
suyos, pero libres ya que el avión iba medio vacío. Hohl asegura que una
auxiliar de vuelo les invitó a volver a sus asientos asignados pero dado que
seguían ocupados les obligaron a abandonar el avión, que aseguran, lo hicieron
de manera ordenada.
"Dijeron que estábamos siendo desordenados y peligrosos
para el resto del vuelo, para la seguridad de los otros clientes", explica
Hohl.
Tras hacerse pública esta situación, United Airlines ha
ofrecido una versión diferente en un comunicado: "Estos pasajeros
intentaron repetidamente sentarse en asientos mejores que no compraron y no
seguían las instrucciones de la tripulación para regresar a sus asientos
asignados. Hemos estado en contacto con ellos y los hemos ofrecido otro vuelo".