Las palabras del gurú de terapias alternativas Josep Pàmies le llegaron a una de sus víctimas en 2015, cuando su hijo con autismo tenía 11 años. No podía desplazarse hasta Barcelona, así que se asesoró sobre el MMS en su provincia y asegura que fue un médico quien le aconsejó que confiase en este producto tóxico. "Fui a un endocrino y me dijo que el MMS se estaba utilizando en Huelva y tenía éxito", cuenta.
En aquel momento, el mensaje de Pàmies había calado incluso dentro de la consulta de un especialista y ese fue el motivo por el que esta víctima lo probó. Según explica, se lo iba dando "junto con una dieta estricta de alimentación, pero el niño no mejoraba y tenía muchos problemas de estómago".
Y así siguió hasta que descubrió que lo que le habían vendido como una pócima mágica, en realidada está prohibido por la Agencia Española de Medicamentos porque su consumo puede provocar dolor, náuseas o vómitos, entre otros síntomas. Él afirma que cuando vas a un profesional no te puedes plantear que te va a dar algo "que no es efectivo y encima es ilegal".
Durante cuatro meses desembolsó unos 3.000 euros en algo que no tiene cura, porque el autismo no es una enfermedad. Según relata, "te ves en un círculo que hasta que tú no abres los ojos y te das cuenta, lo único que piensas es que quieres que tu hijo sea feliz y viva bien".
La Generalitat de Cataluña ya ha sancionado a Pàmies por publicidad engañosa y las dos últimas conferencias, la de Lleida y Zaragoza ,que tenía programadas, ya se han cancelado.