Para conseguir la torrija más innovadora de Madrid, los maestros de Viena Capellanes han cocinado su torrija de pan brioche de chocolate con crema inglesa, nata y chocolate rubio. Sin pasar por la sartén y sin una gota de aceite, esta mezcla se cocina durante tan solo cinco minutos a 200 grados en una freidora de aire.
Así logran que esté muy jugosa por dentro, cuajada, y cristalizada por fuera, y eso ha encandilado al jurado del concurso de las mejores torrijas que organiza ASEMPAS, la Asociación de Empresarios Pasteleros Artesanos de Madrid.
También utiliza una base de pan brioche Jonathan Yagüe, director de la Pastelería Oriental, que se ha llevado el premio a la mejor torrija sin gluten. La suya está bañada en leche, esferificaciones de naranja y lleva también un almíbar de cáscara de naranja. Este pastelero también es experto en cocinarlas al horno y su secreto es dorarlas unos 50 minutos a 150 grados.
Roberto Martín, maestro pastelero de la confitería El Riojano, tampoco usa pan duro para la torrija que se ha alzado como la mejor torrija tradicional. Opta por freírlas con aceite de oliva, las enriquece con un poco de huevo, las baña en una buena infusión de leche y el pan es dulce.
En este concurso también se han visto torrijas bañadas en miel, canela y brandy; en sirope de arce y fresa; en vino verdejo y hasta rebozadas en panko. Las torrijas se reinventan y todas valen cuando se acerca la Semana Santa.