Ocio en modo sigilio

Sombrillas que 'apagan' el ruido y luces que te piden bajar la voz: así funciona el nuevo sistema de terrazas silenciosas en Valencia

¿Cómo funciona?Las primeras terrazas con sensores de ruido ya se pueden ver en Ruzafa. El objetivo: que se pueda disfrutar del ocio sin molestar a los vecinos. Una apuesta por la convivencia que podría extenderse a todo el centro de la ciudad.

Sombrillas que 'apagan' el ruido y luces que te piden bajar la voz: así funciona el nuevo sistema de terrazas silenciosas en Valencia
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En Ruzafa, uno de los barrios con más vida (y más ruido) de Valencia, algo está cambiando. Donde antes solo había terrazas llenas de gente, ahora también hay sombrillas especiales y unos pequeños dispositivos que se iluminan cuando alguien se pasa de volumen. ¿El objetivo? Reducir el ruido sin quitarle vida a la calle.

Desde hace unos días, varias terrazas del barrio están probando un sistema pionero que combina materiales fonoabsorbentes —como sombrillas y discos que "comen" el sonido— con tecnología que mide el nivel de ruido en cada mesa. Si los comensales hablan muy alto, una luz se enciende para recordarles que bajen un poco la voz.

La iniciativa parte del Ayuntamiento de Valencia, que quiere encontrar el equilibrio entre el ocio nocturno y el descanso vecinal. Porque lo que para unos es un rato agradable entre amigos, para otros se convierte en una noche en vela.

"Con el calor tienes que cerrar todo, y entonces ya no puedes dormir porque se oye todo", cuenta una vecina. Otro vecino lo ve desde otro ángulo: "Es normal que haya ruido, es una zona con mucho turismo, pero también entiendo que algunos se sientan perjudicados".

Y la clave podría estar justo ahí: en hacer que todos cedan un poco. Que los bares y restaurantes cuiden el ruido, y que los clientes sean más conscientes. "La lucecita puede cambiar comportamientos. A veces no te das cuenta de que estás gritando hasta que algo te lo señala", dice uno de los clientes que ha probado el sistema.

La concejala de Turismo e Innovación, Paula Llobet, asegura que se trata solo del primer paso: "Estamos probando un nuevo modelo de terrazas sostenibles, con materiales que absorben el ruido y un sistema que avisa al cliente si está haciendo demasiado ruido. Si funciona, queremos extenderlo a más zonas del centro".

Porque si en Fallas todos se quejan del ruido… ¿por qué no aplicar estas ideas también en otros barrios? Por ahora, Ruzafa hace de conejillo de indias. Pero si la cosa va bien, podríamos estar ante el futuro de las terrazas urbanas: más silenciosas, más conscientes y, con suerte, más compatibles con el descanso. Una ciudad con vida… pero sin insomnio.