Más de 400 días llevan los vecinos del madrileño barrio de Cañada Real sin luz y marginados, es el segundo invierno que van a pasar sin ningún tipo de suministro eléctrico.

Algunas de las 3.000 personas que viven allí han puesto placas solares, pero la inversión -unos 3.5000 euros- es muy cara y muchos no pueden permitírselo.

Los niños y jóvenes sufren la decisión que tomó la eléctrica Naturgy, cuando cortó la luz en el barrio alegando que había plantaciones ilegales de marihuana. Se quejan de que no pueden seguir el ritmo de las clases y que pasan mucho frío estudiando en sus casas.

Para ellos, labrarse un futuro es mucho más difícil que para otros estudiantes. "En casa no puedo estudiar, no hay luz, no hay internet, no puedo", lamenta un joven a laSexta.

La falta de suministro eléctrico se suma la discriminación que sufren por el mero hecho de vivir allí. Como cuenta otro vecino cuenta que solo con ver dónde vive por su DNI, ya no le contratan.

Houda, que representa esta lucha vecinal, afirma que se siente totalmente apartada de la sociedad y pide a la administración una solución inmediata, teniendo en cuenta que los niños allí viven en una situación de riesgo de exclusión social constante.

Estos días, la asociación cultural Boa Mistura enciende guirnaldas solares para reclamar que la luz vuelva y para reactivar la llama de la lucha vecinal. Pero los vecinos están cansados, solo quieren tener acceso al suministro y pagarlo mes a mes como los demás.