El sector pirotécnico valenciano está que echa humo, porque este verano muchos  ayuntamientos han cancelado sus espectáculos aéreos de pólvora. “Estamos trabajando sin saber si vamos a poder tirar los fuegos”, explica Juan Antonio Vargas, confeccionador de disparos pirotécnicos.

El punto de inflexión  es el incendio que, en abril, originó este castillo de fuegos  artificiales en la montaña de Cullera. “Hay un después a raíz de Cullera, que la ley se está aplicando con una vehemencia excesiva”, asegura  Guillermo Rodríguez, gerente de la Asociación de Fabricantes de Pirotecnia.

La norma de no disparar a menos de 500 metros de zonas consideradas 'terreno forestal'  empezó a aplicarse de forma estricta y por eso muchos alcaldes han preferido no jugársela. “hemos tomado la decisión de no tirar fuegos artificiales”, declara Antonio Ropero, alcalde de Olocau

Los pirotécnicos  alertaron  entonces de que este podía ser el fin del sector. Tras la presión, la Generalitat valenciana decidió recalificar ciertas zonas forestales. Irene Rodríguez, directora general de Emergencias: “Hay terrenos que no hay vegetación que propagaría un incendio, y no debería aplicarse esta norma”

Una medida todavía insuficiente para el sector, por eso algunos profesionales ya buscan alternativas "a ras de suelo". Todo para buscar el equilibrio entre la prevención de incendios y el mantenimiento de la tradicional industria pirotécnica valenciana.