En julio de 1999, una patera naufragó en la Playa de La Señora, en Fuerteventura, tras encallar con unas rocas. Efectivos de la Guardia Civil y Salvamento marítimo rastrearon las aguas de Canarias en busca de cadáveres. Hasta nueve jóvenes marroquíes perdieron la vida ahogados a tan solo unos metros de la orilla. "Fue la primera vez en la que nosotros como periodistas y Canarias como sociedad se da cuenta de que estábamos ante un viaje que entrañaba algún peligro", señala Pepe Naranjo, periodista especializado en África Occidental.
Hasta ese momento, habían llegado algunas pateras con migrantes a la costa canaria, pero nunca se había producido un accidente como este. Ahora, se cumplen 25 años de una tragedia que no ha dejado de repetirse. "Y esas personas, desgraciadamente muchas sin nombre, que están en los cementerios de Fuerteventura, merecen un ejercicio de memoria. La sociedad tiene que pensar por qué pasa esto, por qué sigue pasando y por qué tenemos que pararlo", destaca al respecto Nicolás Castellano, periodista especializado en migraciones.
Según Cruz Roja, en la ruta canaria mueren o desaparecen entre el 5% y el 8% de migrantes que salen de África. Miles de vidas que se pierden con el sueño de intentar alcanzar una vida mejor. En este sentido, Nicolás Castellano afirma que "25 años después del primer naufragio, está claro que las políticas de extranjería son un fracaso". "Muere más gente que nunca y llega más gente que nunca", manifiesta.
El Atlántico, al igual que el Mediterráneo, se han convertido en auténticas fosas comunes. En estos 25 años, más de 21.000 personas se han dejado la vida en estos corredores marítimos, porque 25 años después del primer naufragio, la ruta canaria sigue siendo la más mortífera del mundo.
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