Ralph Yarl llamó a una casa para recoger a sus dos hermanos pequeños, pero se equivocó en el número de la calle. Sin mediar palabra, quien le abrió le disparó en la cabeza. Una lesión de la que ha conseguido recuperarse, aunque reconoce que le han quedado algunas secuelas. "Dolores de cabeza, problemas para dormir, a veces no puedo pensar con claridad...", explica.

Sin embargo, pese a todo lo ocurrido, reconoce que no "le queda odio" hacia la persona que le disparó. "Soy solamente un crío, tratando de vivir lo mejor posible", asegura.

Ahora, ha querido hablar para reclamar justicia. "Debería ser encarcelado, ha cometido un crimen", pide. A dos meses de que arranque el juicio, Ralph da su versión de lo ocurrido hace diez semanas cuando se equivocó de casa al ir a recoger a sus hermanos pequeños.

"Llamé al timbre, veo a un hombre que pensé que sería el abuelo y, de repente, saca un arma y me apunta", explica. En ese momento, retrocedió, incrédulo, y al darse la vuelta recibió dos disparos sin mediar palabra a través de la puerta.

Unas declaraciones con las que desmonta la alegación del hombre que le disparó, que aseguró que lo hizo porque intentaban atracarle. Un argumento con el que consiguió que le dejaran libre.