Lo dice el diccionario, los hipanohablantes sólo gozan cuando el sexo es con ellas. Y olvídense del reparto de tareas, si friegan ellos, son unos entrometidos. "Cocinilla: hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia". 

Sexismos como estos desaparecerán en la próxima edición del diccionario de la Academia de la Lengua que estará listo a finales de 2014. Porque ni siquiera nos dejan llorar a gusto. Quedarse huérfano es menos drama si muere una madre. "Huérfano: dicho de una persona de menor edad a quien se le ha muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre".

"La sociedad ha evolucionado mucho en esos doce años y el diccionario tiene que recoger esa sensabilidad social", explica Darío Villanueva, secretario de la RAE. "Cambiando el diccionario cambias el pensamiento de la sociedad", reflexiona un joven argentina. "Pasa como con las legislaciones, en general".

Aunque si la definición de femenino es débil y endeble sólo hay que ver la lucha de muchas mujeres para descubir que las hay que no se ajustan a la definición.

Añade la RAE que si la sociedad cambia, ellos lo harán. Por eso se añadirán más de cinco mil entradas nuevas como profesiones que hasta ahora sólo existían en masculino. Por fin sobre el papel habrá herreras, cerrajeras y hasta costaleras.