La responsable del juzgado mixto número 1 de Caldas ha adoptado esta decisión, en la línea con la medida solicitada por el fiscal del caso. Al detenido se le imputan dos delitos de asesinato y ha sido conducido a la prisión de A Lama.

El presunto parricida estaba separado de la madre de las pequeñas, Rocío V.F. La pareja tenía la custodia compartida de las pequeñas y el padre tuvo a su cargo a las niñas durante los últimos 15 días y este sábado le tocaba el turno a la madre.

Tras el suceso, pasó la noche en la Comandancia de Pontevedra tras haber recibido el alta en el Hospital Montecelo, donde fue atendido de las heridas que se autoinfligió, después de supuestamente haber matado a sus dos hijas de 9 y 4 años de edad. Al parecer, su comparecencia ante la autoridad judicial se prolongó porque solicitó una audiencia reservada con el abogado.

Entre gritos de "asesino"
El presunto parricida se acogió este sábado a su derecho a no declarar en los juzgados de Caldas, donde decenas de personas le han vuelto a increpar a su salida, al grito de "asesino" y donde agentes de la Guardia Civil incluso han tenido que contener el tumulto.

Pese a haber estado esas cuatro horas en el interior del juzgado, el hombre rechazó declarar ante la jueza, pero su estancia en dependencias judiciales se prolongó porque solicitó una audiencia reservada con su abogado.

Mientras los vecinos allí congregados gritaban nerviosos y algunos incluso rebasaban el perímetro de seguridad, el detenido subió esposado y con la cara tapada por su camiseta en el furgón policial. El vehículo abandonó el lugar mientras alguno vecinos seguían profiriendo insultos y en algún caso incluso lanzando objetos como botellas de agua.

Efectivos de la Guardia Civil intentaron contener a estas personas y posteriormente, todos los vehículos del Instituto Armado que continuaban en la zona se marcharon. Por su parte, una vez que el letrado de David O.R. salió de los juzgados rechazó hacer declaraciones a los medios.

Las niñas serán incineradas en un velatorio íntimo
Las niñas fallecidas serán incineradas en la más absoluta intimidad y su familia ha decidido no celebrar velatorio. Así lo ha comunicado la Funeraria San Mauro, encargada de los servicios funerarios de las fallecidas.

La misma fuente ha indicado que la familia está muy afectada y ha rechazado hacer velatorio, funeral o cualquier acto público. Además, ha manifestado que cuando haya permiso por parte del juzgado, los cuerpos de las pequeñas serán incinerados en un crematorio en total intimidad. Tras ello, se desconoce el destino de las cenizas.