El empleado de Seguriber, Segundo Eladio Pupuche, ha declarado ante el juez del caso Madrid Arena que no recuerda que 2.500 personas entraran en 20 minutos por las puertas de emergencias a la pista central en la fiesta de Halloween del 1 de noviembre de 2012.
Así lo ha expresado Abdón Núñez, el abogado de la familia de Belén Langdon, una de las cinco víctimas mortales del Madrid Arena, durante un receso de la comparecencia judicial como imputado del empleado de Seguriber Segundo Eladio Pupuche que abrió el portón de emergencias.
Pupuche ha asegurado que recibió la orden de abrir las puertas de emergencias del Madrid Arena del jefe de equipo de Seguriber, José Antonio Díaz Romero -también imputado en la causa- que le dijo que iba a darle instrucciones "una persona de la organización con abrigo beige".
Ha reconocido que él abrió el portón de emergencias, después de hablar con una persona que no recuerda quién era, pero que las acusaciones particulares identifican como el director de Diviertt -FSM Group, Santiago Rojo.
Pupuche ha indicado que tampoco recuerda haber visto pasar las urnas con las entradas por delante de él con destino al pabellón satélite y que, desde su puesto, que era "estático", solo podía ver un borde de la pista central, pero no podía saber si había mucha gente o no.
La declaración comenzó con el visionado de una serie de imágenes en las que iba identificando a los empleados de Seguriber, aunque no ha hecho lo mismo con los miembros de la organización alegando que no recordaba quiénes eran."Nadie dio la voz de alarma, a pesar de que todos los empleados de Seguriber llevaban emisoras", ha resaltado el abogado de la familia Langdon, tras visionar imágenes en las que un vigilante de Seguriber abrió las puertas para que salieran dos de las víctimas sin dar la voz de alarma "mucho antes de que llegaran las ambulancias del Samur".
Pupuche ha apuntado que en un momento determinado le dieron la instrucción, por la emisora, al empleado de Seguriber, Roberto Mateos, responsable del centro de control de cámaras del Madrid Arena, de llamar al 112, aunque, según un informe sobre las comunicaciones telefónicas de esa noche, no hubo ninguna llamada a emergencias desde el cuarto de control de cámaras.
Núñez ha constatado que "ha sido un auténtico desastre de organización por todas las empresas participantes", ya que ninguno de los vigilantes de seguridad "jamás" ha hecho un curso de preparación en caso de emergencia o ha participado en un simulacro para el evento.
De hecho, Pupuche ha aseverado que desconocía el plan de vigilancia, el de autoprotección y el de seguridad y se ha limitado a decir que, en caso de emergencia, simplemente tenía que llamar a los demás a través de la emisora.
Entre las próximas diligencias del caso, figura el volcado de los datos de los ocho ordenadores intervenidos en un despacho del Madrid Arena el día en que el juez y las partes hicieron la inspección ocular del recinto.También está pendiente comprobar con una empresa especializada si en el pasillo del Madrid Arena donde ocurrieron los hechos hubo en algún momento una cámara.
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