"Utilizar las botellas de oxígeno nos confirma que, en el último segundo, él no estaba seguro de no tener miedo y no querer terminar su vida". Así de contundente se muestra el portavoz de Beatriz Zimmermann y la familia de Anna y Olivia, Joaquín Amills, sobre el hallazgo de estos artefactos pertenecientes a Tomás Gimeno.

"Todo indica que se trata de un suicidio", apunta Amills, señalando que Gimeno se habría quitado la vida después de presuntamente matar a sus hijas Anna y Olivia y arrojar sus cuerpos al mar.

"Si es de esta forma, aprovechando las botellas para llegar a un punto de no retorno, el cuerpo tiene que estar en un radio alrededor de ellas", razona el también presidente de SOS Desaparecidos. "A esa profundidad no hay nada que se desplace. El cuerpo queda comprimido y debería estar ahí", asegura.

El buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que realiza las labores de búsqueda de los cuerpos de Tomás Gimeno y Anna -ya encontró a Olivia el pasado día 10-, está centrando su trabajo en un rectángulo muy concreto de 500 metros por 350 donde sospechan que puedan encontrar al padre o a su hija.

Para Amills, todo indica también que Gimeno se acobardó después de presuntamente acabar con las vidas de Anna y Olivia.

"Cuando regresa al puerto es por eso. Su forma de ser y actuar es la de una persona cobarde. Bajo esa apariencia de buena persona, se encuentra alguien tramposo, dominante... En sí es una persona cobarde y le gustaba estar alejado de la sociedad", explica.

Por lo que respecta a Beatriz Zimmermann, todavía queda mucho tiempo para que pueda "pasar página" y que "esté tranquila". Esto se producirá una vez se encuentre el cuerpo de Gimeno, lo que permita "cerrar el círculo y estar en paz con el asesino que ha terminado con su vida".