Los familiares de la joven dieron la alerta cuando sus conocidos intentaron contactar con ella pero no contestó al teléfono. Esa misma tarde, le habían cancelado varias citas y tomó la decisión de última hora de salir a dar un paseo por Cabo de Peñas, una zona a la que acudía asiduamente. Allí se le perdió la pista.

La Policía ha hallado sobre una roca junto al mar una camisa que coincide con la talla de Sandra Bermejo, la joven psicóloga madrileña que desapareció el pasado 8 de noviembre en Cabo de Peñas, Asturias. Los investigadores van a realizar un análisis de ADN para comprobar si pertenece a la joven.

Según ha indicado el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, uno de los voluntarios que participaba en las batidas por la zona del Cabo Peñas en busca de alguna pista sobre el paradero de la joven vio la prenda el pasado 30 de noviembre en una zona muy próxima al lugar donde se geolocalizó su teléfono móvil y alertó a SOS Desaparecidos a través de un correo electrónico.

Amills trasladó estos datos a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón, lo que activó un dispositivo de búsqueda en la zona oeste de Cabo Peñas con los drones de Bomberos que tomaron imágenes que facilitaron su recuperación con la bajamar, ya que se encontraba en un lugar sin acceso por tierra.

La camisa, de una marca muy conocida y un tallaje similar al que utiliza Sandra, fue recuperada y mostrada a los padres de la joven desaparecida, si bien estos no pudieron reconocerla como suya ya que lleva dos años afincada en Gijón, donde trabaja en una clínica como psicoterapeuta, y pudo haberla comprado durante su estancia en Asturias.

Además, la Policía halló la etiqueta de unas mallas en un punto distante al de la camiseta, si bien por el momento los investigadores no han proporcionado información sobre si podría o no pertenecer a la joven. Según ha podido saber laSexta, hace unos días también se hallaron unas bragas en la zona. Sin embargo, la Policía comprobó que no eran de Sandra, ya que es un sitio frecuentado por parejas en busca de intimidad.

Por el momento, la Policía baraja como principal hipótesis el suicidio y por ello acudirán a la zona en los próximos días con buzos para buscar posibles pistas en el fondo del mar. Sin embargo, la familia descarta este externo por el momento feliz que atravesaba.

La joven dejó la nevera llena y en su coche se hallaron sus documentos personales y su teléfono móvil. Un hecho que sorprende al psicólogo Javier Urra, que fue su profesor. Define a la joven como "una chica muy ordenada que anticipa todo" y apunta que el suicidio no encaja con una chica "que tiene ilusión, que no está deprimida". Así, el experto apunta a que podría tener relación con la "comunidad terapéutica" con la que tenía alguna relación y en la que se consume algún tipo de sustancias.

En declaraciones a EFE, Amills ha asegurado que las redes sociales son otra de las claves que podrían aportar alguna pista porque se está examinando la vinculación que la joven tenía con comunidades esotéricas ya desde su época de residencia en Madrid. "Una casualidad que se da en este caso es que el día de la desaparición, el 8 de noviembre, se celebraba el ritual de la luna de sangre y en estas celebraciones también se utiliza el ayahuasca", una bebida alucinógena utilizada habitualmente por los chamanes en las celebraciones "que a veces se pueden ir de las manos", ha apuntado Amills.

No obstante, el presidente de SOS Desaparecidos ha matizado que eso no significa que los grupos esotéricos sean violentos y ha hecho una diferenciación entre estas comunidades y las sectas, con las que la joven desaparecida no tenía relación alguna. "En las sectas hay un líder que se cree Dios y a quien todos veneran, le guardan fidelidad y sus miembros son apartados de la sociedad y de sus vínculos sociales y familiares mientras que en los grupos esotéricos, con los que se relacionaba Sandra, se basan en el conocimiento del más allá, del universo y de la persona y se habla de un enriquecimiento personal y emocional", ha explicado.

La asociación y la familia siguen descartando las hipótesis del suicidio y la caída accidental y confían en que la Policía Nacional de Gijón "encaje todas las piezas del puzzle" que les conduzca hasta el paradero de la joven psicóloga desaparecida.