Ya es verano. Comienzan las vacaciones, momentos de playa y piscina y largos días que parecen no terminar nunca. Sin embargo, existe un gran porcentaje de población que todas estas vivencias solo los pueden disfrutar de una manera: navegando por las redes sociales.

Instagram, en especial, es la plataforma digital donde más envidia se da y ese 'delito' corre por cuenta de los influencers. Viajes, viajes y más viajes a lugares surrealistas, de ensueño. La mayoría son reales, es decir, normalmente todos lo son. El caso de este lago de Novosibirsk, la tercera ciudad más grande de Rusia, es una excepción. Una mentira camuflada de millones de likes, outifts envidiables y, lo más importante, el lugar perfecto para hacer la foto perfecta.

De boca en boca, de foto en foto. Alguien encontró este lugar tan deslumbrante para la vista, lo fotografió y lo publicó en Instagram. El hambre de likes trajo hasta el lugar no solo a los influencers rusos o aspirantes a ello sino también a curiosos por la majestuosidad que las redes mostraban del lago.

Pero no todo lo que reluce lo hace de verdad. El famoso lago es un estanque al que van a parar los restos tóxicos de una central de energía térmica que provee de electricidad a los 1,6 millones de habitantes de Novosibirsk. Cenizas del carbón quemado en la central son algunos de los restos que conforman el 'lago'.

“El agua es altamente alcalina. Esto se debe a que las sales de calcio y otros óxidos metálicos se disuelven en ella ¡El contacto de la piel con el agua puede provocar una reacción alérgica!”, advirtió la Compañía de Generación Siberiana(SGK) para avisar a los visitantes de que no beban agua ni se bañen en el estanque. Algunos visitantes aseguran que el agua huele bien, como a “detergente de lavandería”.

La empresa intenta suavizar la situación explicando que no existe ningún riesgo de radiación, pero advierte de que el contacto con el agua puede provocar reacciones alérgicas en los bañistas. Además, “salir del embalse sin ayuda es prácticamente imposible”, sentenció la empresa en su declaración.

Por otro lado, las autoridades de la central térmica advierte que el agua es nociva para la piel y el fondo arenoso muy peligroso para los bañistas.

Los visitantes no cesan

La historia cambia pero no hace el efecto deseado. Después de saltar la noticia, los visitantes no cesaron y hasta alguno se animó a bromear sobre la peligrosidad del agua en sus redes sociales: “No es peligroso nadar aquí. A la mañana siguiente, mis piernas se pusieron un poco rojas y tuve picazón durante dos días, pero luego todo fue. Pero, ¿qué no harías por estas imágenes?”, escribe el sujeto en la siguiente publicación de Instagram.

El caso omiso de la gente que acude a ver las aguas turquesas contaminadas ha provocado que la misma empresa que asegura la inexistencia de radiación, comenzara a cerrar las carreteras que permiten entrar al sitio. “Esto no es una playa”, indican en un comunicado.

Una medida que pocos resultados tendrán mientras que las redes sigan alimentadas. El deseo de conseguir el éxito digital no para ni a la propia cuenta de Instagram dedicada al 'lago' (maldives_nsk) que se convirtió en estanque, como si del cuento de la princesa y el sapo se tratara, pero al revés.

Ya da igual que el sitio sea en una montaña rocosa de difícil acceso; un mar lleno de tiburones o un estanque que provoca reacciones alérgicas. Las redes sociales y sus 'me gusta' parecen que han llegado para reinar y, por lo que se ve, ya lo están haciendo.