Rocío Martínez, la joven que acuchilló a Denisa María a las puertas de un local de Alcorcón, confesó el crimen ante dos policías nacionales durante su traslado al hospital, así lo publica 'La Razón'.

La confesión se produjo el 28 de noviembre, horas después del arresto, en el hospital al que fue trasladada tras confesar que había sufrido un aborto. Sin embargo, los agentes comunicaron lo ocurrido una semana más tarde.

La asesina confesa le contó a los dos policías que su enfado vino motivado tras descubrir que su novio, Mario, y Denisa habían estado intercambiando mensajes a través de WhatsApp. Fue entonces cuando Rocío le dijo a su pareja que quería hablar con la menor y este la llevó en coche al local en el que se encontraba.

La joven, en prisión desde entonces, cogió una navaja del coche de Mario y se dirigió hacia el local. Llamó a la puerta y, según su declaración, su víctima abrió la puerta y le "azuzó a dos perros de raza pitbull", y en ese momento es cuando "pinchó con la navaja a Denisa".

Según el acta judicial que recoge el citado diario, una vez volvió al coche "le entregó la navaja a Mario" y este le preguntó "¿La has pinchado, verdad?", pero ella no le contestó. Entonces, se dirigieron a casa del padre de Mario, que le pidió a su hijo que "no dijera en ningún momento que había estado con Rocío para que no le metiera en ningún marrón".

Horas después, al enterarse de que Denisa había fallecido, la presunta asesina llamó a su padre y le dijo "papá, la he liado". Al día siguiente la joven fue detenida en su casa en Ventas de Retamosa, en Toledo. Un arresto que no fue motivado por sus padres, al contrario de lo que se pudo saber en un principio.

La defensa de la víctima, Marcos García Montes, solicitará la imputación de Mario, al considerarle cooperador del crimen, y de sus padres y tíos, por encubrimiento. No ocurrirá lo mismo con los progenitores de Rocío por ser descendientes directos de la sospechosa.