En cuanto arranca el año siempre nos asalta la misma duda: ¿Cuándo cae este año la Semana Santa?
Unas veces en marzo, otras veces en abril, porque el Domingo de Resurrección se celebra el día siguiente a la primera luna llena posterior al 21 de marzo. Así que tenemos aceptado que nuestras vacaciones hay que cuadrarlas con el calendario lunar. Y el vuelo a la playa lo buscamos para el jueves siguiente a la primera luna llena tras el Equinoccio de primavera. Vacaciones a golpe de astrolabio.
Solo un hombre puede acabar con esta anacronía: El Papa Francisco. Y está inmerso en negociaciones, especialmente con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, para unificar la fecha de la Pascua con motivo de la celebración del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, que será en el 2025. Hasta el momento, cada Iglesia celebra la Pascua siguiendo un calendario. La católica, el gregoriano. La ortodoxa, el juliano. Y el Papa Francisco ha llegado a decir que está dispuesto a adaptarse a la fecha que propongan las otras Iglesias para conseguir la unidad que se persigue desde hace más de mil años.
Lo que aún no se ha concretado es el modo de hacerlo. Si adaptando un calendario al otro (el gregoriano al juliano, o viceversa) o buscando una fecha de Pascua fija, que podría fijar para todos los años el Domingo de Resurrección en el segundo o tercer domingo de abril.
Si esto pasara, el efecto mariposa que originaría el Papa sería tremendo. Para empezar, fijaría también las fechas de la Feria de Abril. Ésta se celebra a partir del segundo domingo tras el Domingo de Resurrección. Y, si se fijaran las fechas de la Semana Santa de 2025, tendríamos que pasar a llamarla la Feria de Mayo, porque empezaría el domingo 4 de mayo, y duraría hasta el sábado 10 de mayo.
También el Carnaval depende de la Semana Santa. Porque el Martes de Carnaval se celebra 40 días antes del Domingo de Ramos. Así que se celebraría -para siempre- entre el 27 de febrero y el 4 de marzo.
El calendario escolar también se vería afectado. Actualmente la duración del segundo y tercer trimestre varía con los festivos de Semana Santa como separador, así que también se fijaría su duración.
Pero aunque pudiéramos pensar que celebrar la Semana Santa ya metidos en abril podría suponer una ventaja climática, porque más metidos en la primavera las temperaturas se suavizan, el equipo de meteorólogos de laSexta nos hace caer del guindo. Las temperaturas, efectivamente, serían más altas. Pero el fantasma de la lluvia, tan deseada siempre, salvo en el momento en el que las procesiones tienen que poner el pie en la calle o nosotros en la playa, aumenta. En cuanto a las precipitaciones, el mes de abril es más húmedo que el mes de marzo.
Por ejemplo, en Sevilla, el mes de abril suele ser un 50% más lluvioso que el de marzo y existe más del doble de probabilidades de días de tormenta. En Valladolid, el mes de abril suele ser un 96% más lluvioso. Hay diez veces más probabilidades de días con tormenta. Por el contrario, en Murcia el mes de abril suele ser un 20% más seco que el de marzo, aunque las tormentas son el triple de probables. También en Almería y Canarias abril sería menos húmedo. Son los únicos lugares a los que llegaría en abril la bendición del tiempo ideal de Semana Santa.
Otro gasto más
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