Alejandro Collado es un niño de ocho años que padece parálisis cerebral y puede usar un robot que ayuda a reeducar posturas para pacientes que sufren esta enfermedad. La terapeuta Marisa Remón ha explicado que este robot ayuda a "cargar el peso corporal, conseguir más enderezamiento a nivel de columna, de cabeza, o de las piernas contra el suelo".

Para quien nació con estas lesiones cualquier pequeño movimiento es todo un logro. Es lo que iban buscando Ramón y su mujer cuando hace más de diez años viajaron hasta Polonia para tratar a su hija. De allí volvieron con un nuevo proyecto en mente.  Ramón Rebollo, el fundador de la Fundación Nipace, ha contado que su proyecto consistía en: "cuando viniéramos a España, crear una fundación, poder traer ese tratamiento a España para que más familias pudieran beneficiarse de ese descubrimiento que había ayudado a nuestra hija".

Ocho años después ya han ayudado con su método a más de 500 niños que, gracias a trajes de entrenamiento espacial, mejoran increíblemente su tono muscular. La pequeña Gabi lleva varios años probándolo. Maite Vega, la directora de la fundación ha contado cuáles son los beneficios de estos trajes, "conseguir un mayor control cefálico y de tronco, y que ella tenga más estabilidad en las caderas".

Lo que se traduce en pequeños pero motivadores pasos para quien estaba predestinada a no moverse casi de una silla. Trabajan con exoesqueletos con gomas que hacen las funciones de los músculos que tienen paralizados. Una fortaleza que no solo se muestra en su cuerpo sino en su mente por tener la motivación necesaria para mejorar cada día.