Enrique, el padre de la niña quecayó desde la ventana del colegio Entre Ríos de Valladolid y sufrió cuatro fracturas en el cráneo, ha denunciado que ningún responsable del centro ni de la Policía le llamó para comunicarle el suceso.

Él asegura que se enteró al llegar al colegio para recogerla: "Cuando llego al colegio veo un dispositivo muy grande, una ambulancia aparcada y ocho policías, conforme subo por las escaleras, estoy asustado y lo que menos pensaba era que era mi niña. Me preguntaron si alguien me había llamado, a mí no me llamó nadie".

En una entrevista en 'Espejo Público', Enrique ha señalado que al enterarse empezó "a llorar y a gritar": "Vi una ambulancia que estaba parada y no me dejaban acercarme. Les dije que era una menor y que tenía derecho".

Además, denuncia que a día de hoy todavía no le han dado "ninguna justificación" y que incluso no le dejaron montarse "con ella en la ambulancia" ni acercarse "para nada".

La niña "está muy delicada" y los padres explican que "va a ser una cosa difícil": "Lo único que sabemos es que está estable, no sabemos cómo va a acabar esto. Tengo fe y confianza en que todo va a salir bien, pero pienso que va a ser un proceso largo. Hemos temido por su vida durante tres días, esto es muy lento, la niña esta grave y estable".

Enrique señala que la caída "no ha sido un simple accidente" y a pesar que entiende que "la profesora no ha querido esto, porque nadie quiere el mal de un niño", dice que el procedimiento ha sido extraño: "¿Cómo es posible que pongan mesas arrimadas al lado de una ventana y que dejen subir a la mesa a unas niñas con las ventanas abiertas?".

Él también ha denunciado que se le impusieron medidas extremas de seguridad policial y que acordonaron "todo el hospital por miedo a las represalias": "¿Es posible enterarse de que tu hija ha caído desde una ventana, y vaya en ese momento a reñir con alguien? Es incomprensible lo que han hecho".

Dice que incluso no le dejaban entrar a la UCI y que, cuando lo hacía, estaba "escoltado en los ascensores como si fuera terrorista". "Me estaban haciendo sentir culpable", ha zanjado.

La Consejería de Educación ha abierto una investigación para determinar cómo la niña llegó hasta la ventana por la que se cayó. Eso sí, la consejera, Rocío Lucas, ha asegurado que el colegio cumplía con todas las medidas de seguridad y que la normativa no obliga a que las ventanas tengan rejas.

Lucas ha afirmado que la Junta ha comenzado a preguntar a las personas que estaban en el interior del aula, donde tuvo lugar el accidente y donde había una monitora y diez niños. En ese aula se desarrollaba una actividad extraescolar del centro, relacionada con la danza que estaba pactada con la Dirección del colegio y el Ampa, y la monitora decidió abrir la ventana porque había calor.