El funcionario Robert Mansfield-Hewitt, de 50 años, alquiló a través de Airbnb una casa en Algeciras para pasar una semana. Lo que no sabía este ingeniero eléctrico del Ministerio de Defensa inglés era que en el garaje de la vivienda había 1,5 toneladas de hachís, más de cinco millones de euros en drogas.

Tan sólo dos días llevaba de viaje de negocios cuando se vio envuelto en una redada que le costó una condena de cuatro años y medio de prisión y una multa de siete millones de libras por un delito contra la salud pública. "Fue aterrador. Nunca he tenido problemas con la ley. Soy un alma buena y nunca me involucraría en drogas", asegura al diario británico 'The Sun'.

Mansfield-Hewitt fue llevado ante el juez de San Roque quien ordenó su ingreso en la prisión de Botafuegos, Algeciras. "Todo fue una farsa; creyeron que iba a volver a mi país, me negaron la fianza, me quitaron el pasaporte y me enviaron a prisión", relata.

Un año después, la pesadilla de Robert ha terminado. Un juez ha retirado todos los cargos aunque ha tenido que pagar una multa de 1.400 euros por alquilar una casa sin licencia. La vivienda se la había alquilado a un hombre marroquí de 60 años con una condena de tráfico de drogas.