El nombre de Catherine Boone se ha hecho popular en Oregón y todo Estados Unidos en los últimos días por la tragedia que ha vivido esta mujer norteamericana, que falleció poco antes de conocer que iba a recibir unos 730.000 euros (884.000 dólares) como única beneficiaria de una herencia. Así lo ha confesado el padre de la víctima, que en una entrevista ha confesado además que Boone era una mujer sin hogar que sufría problemas de salud mental y de abuso de drogas.

La mujer, de 49 años, ya contaba con un difícil historial de problemas de salud mental y de consumo de drogas que se agravó con el fallecimiento de su madre, en 2016. Poco después, según ha indicado su padre, Jack Spithill, en una entrevista, Boone comenzó a vivir en las calles de Astoria y en refugios para 'sintecho': "Lo atribuyo casi todo a las drogas, pero creo que ella también tenía algunos problemas de salud mental y la combinación de ambos no le funcionó muy bien".

Unos meses antes de su muerte, la familia de Cathy recibió una sustanciosa herencia por la que a la víctima le correspondían 884.000 dólares. Sin conocer su paradero, Spithill ha asegurado que los familiares lucharon por encontrarla para tratar la cuestión de la fortuna. Lo intentaron a través de redes sociales, del periódico local e incluso usando un investigador privado, pero según ha reconocido el padre, todos los métodos fueron en vano.

Al no dar con ella, en verano de 2019 la Justicia estadounidense ordenó que el dinero que le correspondía a Boone fuese a parar al Departamento de Tierras de Oregón, institución responsable de gestionar el dinero que no ha sido reclamado por falta de localización de la persona que debe recibirlo, o por rechazo de la misma percibir la cantidad asignada. Así, la víctima acabó falleciendo en enero de 2020 sin conocer que le estaba esperando cerca de un millón de euros.

El 13 de enero, Cathy desarrolló problemas respiratorios y luego murió en el hospital de San Vicente en Portland. "No tiene ningún sentido para mí. Este dinero estaba allí y ella necesitaba ayuda", ha lamentado Spithill en la entrevista concedida al medio estadounidense, donde ha criticado duramente el sistema judicial y policial de su país por no ser capaz de dar una solución a este tipo de cuestiones: "Debe haber más personas por allí, más como ella". Pero no sólo cargó contra la administración.

También se refirió a sí mismo: "Creo que mi incapacidad para reconocer sus problemas de salud mental le afectó. Me di por vencido con ella debido a las drogas y no debería haberlo hecho". Por su parte, los amigos de Cathy han asegurado que tampoco tenían idea de que ella tenía tanto dinero. Así, se limitaron a afirmar en la entrevista que la víctima luchó por sobrevivir, como muchos otros, viviendo en condiciones vulnerables frente a un entorno hostil: "Todos tenemos nuestros momentos, pero en su mayor parte ella tenía más sonrisas que llantos".