Wesley Murakamiha se hizo pasar por cirujano plástico en Brasil y prometió a sus pacientes una mejora en su apariencia física con técnicas novedosas, según ha confirmado el Daily Mail. No obstante, su modus operandi era inyectar en los rostros de sus pacientes sustancias prohibidas en cantidades excesivas: metacrilo, la resina sintética PMMA.
Tras la operación, sus víctimas se encontraron con los rostros desfigurados y sin posibilidad de volver a su aspecto anterior, ya que la técnica de Murakamiha es prácticamente irreversible.
Hasta 40 personas se han visto afectadas y han interpuesto múltiples demandas contra el cirujano en todo Brasil. Además, han querido hacer una denuncia pública compartiendo en las redes sociales su 'antes y después' de la cirugía.
Todas ellas alegan que fueron persuadidas y presionadas por el "doctor" para realizarse dichos tratamientos, que superaban los 1.500 euros, ya que prometía entre otros, corregir las marcas derivadas del acné.
Alexandre Garzón, uno de sus pacientes, ha demandado al cirujano aunque aún no ha recibido la compensación económica que pide. En 2014 se dejó llevar por las manos de Murakamiha y no ha sido hasta ahora cuando ha podido mirarse al espejo: "En ningún momento me explicó que era irreversible. Pensé que era como Botox y saldría gradualmente con el tiempo. Cuando vi el resultado en el espejo me horroricé. Mi cara era gigantesca. Dijo que la hinchazón bajaría rápidamente, pero se mantuvo así durante meses y aún perdura".
Después de cuatro años de tratamiento con corticosteroides para reparar el error, ha aceptado que su rostro nunca volverá a ser el mismo.
Según el Consejo Médico de Brasil, el uso del producto, conocido en la industria como PMMA (polimetilmetacrilato), solo debe ser inyectado por los médicos dentro de los límites prescritos de cinco mililitros.
Esta sustancia es altamente peligrosa y en clínicas de Reino Unido o Estados Unidos se niegan a ofrecer este procedimiento.
Por su parte, Wesley Murakamiha, quien tiene una clínica en el municipio de Goiania, Brasil, se ha defendido en redes sociales alegando que es licenciado en medicina por la Universidad de Vassouras, Río de Janeiro, y que en el año de su graduación (2003) se registró en el Consejo Regional de Médicos (CRM). También ha querido compartir en las redes algunas de sus cirugías más exitosas.
Otro gasto más
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