"Es mi turno defender a mi madre porque ella siempre me ha defendido a mí", ha asegurado Miriam. Decidida, con fuerzas, pero agotada de tanto pelear, no quiere ni pensar en que su madre pueda entrar en prisión: "Tanto su vida como la mía darían la vuelta completamente. Perdería su trabajo, sus ingresos, su casa, sus animales... todo".

Su madre, María Salmerón, se separó en 2000, cuando Miriam tenía cinco meses, por los malos tratos que sufría. Ahí empezó todo, y las denuncias por negarse a cumplir el régimen de visitas. "Simplemente, la han condenado por respetar mi decisión de no querer ver a mi padre", ha explicado Miriam. Sin embargo, un juez la obligó a vivir con él durante dos años.

"Para mí fue un infierno, la verdad. Fue como empezar de nuevo y no me permitió tener contacto con mi familia materna". Ahora, Miriam y su madre llevan un año esperando un indulto del Gobierno que no llega. Se encuentran, además, cansadas de este calvario judicial que dura ya 21 años.

"Lo que espero es que algún día se haga justicia y que alguien se haga responsable de todos estos años de martirio", ha denunciado Miriam. A María Salmerón el Gobierno ya le ha concedido tres indultos, y ahora confían en que llegue el cuarto. Por eso, Miriam solo pide ya una cosa: vivir en paz y tranquila con su madre.