En la localidad de Saint-Pierre-d'Oleron, Francia, un gallo llamado Maurice ha sido acusado de molestar con sus "cocoricos" a sus vecinos, según ha recogido 'France 3'.
La dueña del animal, Corinne Fesseau, fue denunciada por una pareja de ancianos jubilados que veranea en el lugar "dos veces al año".
El juicio estaba previsto para el pasado 5 de junio, no obstante, el gallo "cansado" no se presentó a la vista oral ni tampoco el matrimonio demandante. Por ello, el juez ha decidido posponer el caso hasta el próximo 4 de julio a no ser que ambas partes lleguen a un acuerdo.
Corinne Fesseau ha asegurado que está dispuesta a un "diálogo, siempre que no me agredan" los demandantes, a quienes acusa de haber "cerrado la puerta del todo". El abogado del matrimonio ha explicado que no piden mucho, tan solo que "se encierre" al animal "por la noche".
Este caso ha desatado el debate en Francia sobre qué es el mundo rural y qué es lo que buscan los turistas en el mundo rural, muy alejado de la realidad. Por su parte Bruno Dionis du Séjou, alcalde de la localidad, ha querido defender el "derecho" de las campanas de las iglesias a repicar, de las vacas a mugir y de los burros a rebuznar.
La indirecta de las campanas viene dada por un caso anterior en el propio pueblo. En 2018 unos vecinos se quejaron de que éstas suenan a las siete de la mañana, demasiado temprano a su entender.
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